miércoles, 8 de agosto de 2018

Auctoritas

Y un día conocí a un juez de paz, de una provincia serrana que decidió hacer inversiones. Prefirió no aburrirse en su oficina y una mañana tomo su mochila con un par de ropas y se fue siguiendo a su notificador. Prontamente advirtió que la carretera se acababa y que era necesario andar. Muy poco dado a los deportes, la tarea le costó esfuerzo...

Maldijo el momento en que se le ocurrió semejante idea pero ya se había echado a la tarea. En un par de días había caminado tanto que en el tercero, las pantorrillas no daban más... En dos días, solo había podido notificar a cinco demandados. Las casas, propias de la serranía, no estaban juntas unas de otras y para saber si era o no la indicada había que hacer otros esfuerzos y, si efectivamente no quería volver al día siguiente (como manda la ley procesal) era mejor ir hasta sus chacritas para entregar los documentos en la propia mano.

Decidió no decir quien era, así que se sujetó a las voluntades de las gentes. Probablemente la palidez de su rostro y el cansancio reflejado motivaba a la caridad de los "poblanos", que estaban dispuestas a compartir de sus pobrezas...

Dias después, en medio de las audiencias, los justiciables se admiraban de que el notificador haya sido el juez, que éste hubiera comido de sus olluquitos aderezados con presitas de carne seca, que hubiera tomado sus aguitas de pelo de choclo y que sin chistar hubiera aceptado sus panes resecos por el frío, de su trigo y otros granos... Les parecía mentira.

Esas sentencias, dicen los que vieron, casi que eran acuerdos entre las partes, porque no se fundaban en las retóricas abogadiles sino en el conocimiento de la realidad, de los modos vitales de los que tenía frente de si, de la vivencias de los justiciables.

Leí una sentencia de aquellas, era un brevisimo capítulo de sociología jurídica. La inversión había dado frutos prontamente: su autoridad se asentaba en el reconocimiento social de sus decisiones.

Buenas tardes.

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Miedo

Su agenda no tenía espacios... Cada año compraba en el pasaje de la calle Lima, -que está cerca a la sede de justicia- una agenda portafolio...