jueves, 28 de mayo de 2020

Conversión

Conversamos sobre Pablo de Tarso y el proceso inesperado de su "conversión"… Se me ocurrió decir “Al caerse del caballo se dio en la tutuma”, y me corrigieron: No es cierto. Los textos sacros no mencionan que Pablo hiciera su ingreso en Damasco montado en un caballo y, menos que se cayera del mismo en el momento de su presunto encuentro con el Señor. La imagen, no obstante, me venía de la pintura de Caravaggio. Solo un poco de paciencia y lectura de los mismos relatos del hecho, me llevaron a la conclusión de que muy probablemente Jesús –ya resucitado- nunca se le apareció al apóstol de los gentiles, que es posible que su experiencia haya sido fruto de la insolación, de la sed, quizá del hambre…

El cambio de posición de Pablo frente los judios mesiánicos netzaritas, a quienes empezó persiguiendo con la anuencia de los sumos sacerdotes de  Jerusalén es un acontecimiento que se relata repetidamente en distintos pasajes neotestamentarios y en cada vez, con variantes que es necesario ajustarlas a las reglas de la credibilidad. El más conocido, probablemente, sea el que nos regala Lucas a pocos párrafos después de ofrecernos la historia de la muerte de Esteban; donde el protagonista actúa como uno de los malos. Empero no es el único que este autor escribe, sino que, además, en alguno lo hace como si fuera el mismo Pablo quien habla: lo relata en primera persona.

Fijémonos en la versión que se ofrece ante el rey Agripa II, el nieto de Herodes, El Grande. Lucas nos regala una deliciosa alegación defensiva propia de un preso preventivo y, por tanto, se sujetará a las veleidades propias del que teme por su vida con la exaltación de aquellas notas que mejor puedan convenirle: por eso dice como mucha claridad que él es un judío (de religión, como lo era la autoridad a la que se dirigía) y que su único "pecado" es esperar y creer en la promesa de Dios de la vida perdurable y como materialidad de dicha promesa divina enuncia la resurrección de Yeshua Hamasiaj. Y luego viene la peliculina: solo por si acaso, la doctrina que predica no es del acusado sino del mismo resucitado que se le presentó en el camino de Damasco, hecho del que hay testigos, porque las otras personas que le acompañaban también vieron  la luz que venía del cielo y ante su resplandor, resalta el hecho: "todos caímos al suelo",  entonces esas otras personas podrán dar fe de lo que cuenta, e inmediatamente cambia el sujeto del enunciado: "y yo escuché una voz que me decia: Saulo, Saulo porque me persigues..." Es un mensaje del que los demás no pueden dar fe, y menos de la consigna de que debía anunciar el evangelio, o la promesa de que sería protegido de las persecuciones judias -y de las no judias también- de su llamado a ser el predicador de la luz en medio de las tinieblas. Finalmente, concluye que atendiendo a esa visión celeste es que ha predicado las enseñanzas de Yeshua en Damasco, en Jerusalén, en el territorio judío y en las naciones paganas.

Aprovechando las creencias religiosas de quien le estaba escuchando, de su fe en el Dios de Abraham, le dice al rey Agripa  ¿porqué no considera creíble esta versión que le ofrezco si Ud. conoce y cree en los profetas? ¿Como es que es posible que Dios pudiera manifestarse frente a aquellos pero no frente a mi (por si acaso yo soy un fiel cumplidor de la ley como el mejor de los fariseos? ¿Quienes somos para poner límites a la voluntad de Dios? Digámoslo de otro modo: Condéneme si es necesario, pero no lo haga por fuera de sus propias convicciones.

El detenido fue altamente persuasivo con su argumento, tanto que pudo contarlo después a los suyos; al punto que el autor de los Hechos de los Apóstoles la narra hasta tres veces. De este relato en particular, sin embargo, se advierte que no tuvo suerte en su intención de convencer a Agripa de adherirse a la doctrina de Yeshua Hamashiaj. Y más allá de la intención del hagiografo, sigo pensando que en el camino de Damasco el sol era de tal intensidad y le dio en la mollera con tal fuerza que le afectó en sus convicciones. El mismo reconoce que la aparición ocurrió al medio día. En los caminos soleados, es muy fácil reconocer los espejismos y,  si ya tienes tiempo caminando es posible que asumas como cierto lo que tus ojos te regalan. En distinta posición, el procurador de Jerusalen Porcio Festo -presente en el momento de esa audiencia- que argüía que la mucha teología le había comido el seso. En la actualidad, una línea de la tradición judía sostiene que la "conversión" de Saulo se explica en un mal de amores. Los de su tiempo, simplemente decían que "estaba loco".

Lo real es que el hombre que un día fue perseguidor de la causa mesiánica, tiempo después se convirtió en perseguido por el mismo motivo: un judío -que no quería dejar de serlo- anunciando que las voces de los profetas se habían hecho carne, que el mesías esperado tenía nombre: Yeshua. Se declara judío de religión, afirma haber sido fariseo y aclara que es -en ese mismo momento- mesiánico netzarita. Una cosa así como que un salesiano deje la congregación para irse con los benedictinos o, que uno del Opus Dei se pase a las filas de la Compañía de Jesús. Esa es la "conversión" paulina.

Buenas noches.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Esfuerzo

Retornemos del miedo. En los primeros días, a las horas de declarada la emergencia sanitaria, una magistrada de reconocidos pergaminos sugirió la reducción de remuneraciones funcionariales. La mayoría saltó hasta el techo y, los jueces no fueron la excepcion: los argumentos en contra de la propuesta iban y venían. Nuestros dedos no descansaban frente al teclado de la resistencia ¿cómo podríamos ir contra el dogma jurídico laboral de la irreductibilidad remunerativa o la aplicación de la teoría de los derechos adquiridos? Hasta se indicó que la propuesta reductiva afectaba la dignidad de los magistrados.

Nuestros ánimos se fueron calmando cuando revisamos las prácticas de otros Estados: varios habían decidido la reducción de las remuneraciones de todos sus funcionarios en montos de hasta el 50% del total. El silencio expuso nuestra vergüenza ¿cómo podríamos estar pensando en el mantenimiento de nuestra posición de confort cuando cientos de conciudadanos no tiene como vivir en confinamiento porque no tienen donde vivir o no tienen con qué vivir?

La discusión siguiente en el tapete fue la de sí correspondía o no el trabajo remoto o, en general, de si correspondía o no volver a las labores judiciales. El razonable miedo al contagio motivó argumentos denegatorios que hacían saber que era altamente riesgoso aproximarse a las instalaciones judiciales, que las distintas plataformas de comunicación de videoconferencia aseguran la inmediación, que el empleador debe ofrecer los instrumentos (dígase: dote de pc, software, courier de expedientes a los jueces que no salen de sus casas). En lenguaje antiguo: el trabajador ofrece su fuerza laboral, el empleador los medios.

El asunto es que cuando hablamos del Estado y de sus trabajadores, pocas veces como ahora es que la indefinición toma cuerpo. Si el Estado es la comunidad jurídica, política y soberanamente organizada, y nosotros como funcionarios somos parte de esa organización, queda muy poco espacio para la claridad. Nosotros somos a la vez el Estado pero también los administrados. Somos lo primero en la medida en que nuestras decisiones se dicen en nombre del Estado Peruano y de ellas depende las conductas de otros; somos lo segundo en tanto que vínculos de organización no dependen de nuestro arbitrio. Lo que no puede quedar en la indefinición es el hecho de que ahora el país se encuentra paralizado y si nosotros mismos no somos los que lo echamos a andar, no vendrán de afuera a hacerlo por nosotros. Ni los extraterrestres que ahora -dicen- se pasean por el cielo.

Si la idea es distinguir a jueces en condición de vulnerabilidad y jueces que carecen de dicha condición ¿que impide que nos pongamos a trabajar? De la resolución administrativa 115-2020 CEPJ queda clarísimo que el área penal es el corazón de lo urgente y necesario de la justicia, en tanto que incide, después de la vida, en lo más preciado del ser humano: la libertad y, si alguien duda ¿no es que acaso el asunto de las libertades -por beneficios penitenciarios, conversión de pena, modificación de la prisión  preventiva- es lo que más atención ha exigido en este periodo de emergencia? ¿No es que este asunto ha puesto en controversia a los tres poderes estatales por una ley que se requiere para mejorar las labores urgentes en este tiempo?
 Es necesario admitir que el covid19 nos ha puesto condiciones y que nuestra nueva normalidad es nuestra actual intranquilidad y desazón. Y desde esa posición, es preciso que los jueces -cuando menos los del área penal- dejemos de ser suplentes y pongamos un mejor esfuerzo para que -mas allá de las exigencias mínimas que en nombre de la pandemia se exigen en sendas resoluciones administrativas de derecho judicial- se atienda prontamente no solo habeas corpus y dos o tres cositas más, sino que además puedan ser revisados todos los temas... las apelaciones de sentencias y demás requerimientos de la justicia penal.

Aprendamos de los ambulantes, de los mensajeros, de los delivery, de los profesores de "sala" que salen cada a día a lucharla por los suyos, a poner el hombro por el país. Pongámonos los chimpunes y sudemos la camiseta.Hagamos que lo recibido cada mes, se compense con nuestro esfuerzo. Dejemos de tener miedo.

martes, 19 de mayo de 2020

Camisa

En mis días de infancia, en algún libro de lectura, había un cuento que daba letras a la historia de un gobernante que padecía de una extraña y desconocida enfermedad. Los consejeros, médicos, chamanes, psicólogos que habían revisado su caso no daban con el problema y menos con la solución. Así que, cualquiera que pudiera ofrecer un remedio, era bien recibido siempre que alguna razonabilidad hubiera en la propuesta.

Un viejecito, luego de conversar largo rato con el enfermo, concluyó que su problema era un padecimiento de infelicidad por lo que la solución estaba en lo opuesto. No recomendó hacer fiesta, tampoco traerle un harén de mozas, menos servirle los mejores platillos. La solución estaba en encontrar "la camisa del hombre más feliz del reino" y que el gobernante se la pusiera por algunos días.

He de suponer que los estadísticos y matemáticos se echaron a buscar la fórmula con la que medir la felicidad de los súbditos de esa gobernanza y, luego de varias progresiones, raíces cuadradas, sumas y multiplicaciones la encontraron. Hicieron aplicación de la teoría en la filasaza de hombres dizque "más felices" que se presentaron a la convocatoria... y nadie cumplió con la medida. Con tamaña desilusión, el soberano, con el desgano bajo el brazo, salió en busca del remedio.... No sé cómo -no recuerdo en realidad-, pero al final encontraron al hombre más feliz: estaba silbando una alegre canción mientras que sudoroso, bajo el sol, se aplicaba con esfuerzo en la realización de su trabajo diario. Era un trabajo manual en el que llevaba horas sin poder lograrlo, sin embargo no perdía la ilusión de realizar bien su tarea. El hombre, al ver al soberano, dejó de hacer lo que hacía, dejó de silbar y, le regaló una sonrisa mientras que le hacía una broma riendose de la forma como tenía puesto su sombrero. Conversaron de cualquier cosa y, luego de tanta cháchara, tanto el gobernante como sus consejeros concluyeron que -definitivamente- se encontraban ante el "hombre más feliz". 

El asunto era ¿cómo hacerse de su camisa? Le preguntaron si había visto las convocatorias de los días pasados sobre "el hombre más feliz" y dijo que lo había visto en los periódicos pero que no le pareció un asunto importante: "el que es feliz, no se ufana", sentenció.  Al enfermo le pareció interesante la expresión, por lo que  le pidió en donación, en prenda, alquiler o venta su camisa en tanto remedio de sus males. El hombre de pueblo se limitó a sonreír y replicó: "yo nunca uso camisa, o voy con el torso desnudo -como ahora- o de vez en cuando me pongo -como mucho- un bibidi". Y no dejaba de sonreír, casi, casi con desapercibido sarcasmo en contra de todos los que habían hecho tan largo viaje por una cosa inexistente.... 

¿Y qué haces cuando tienes frío? -Me caliento frente al fuego o cojo una frazada y me cubro, -¿y con el sol? -Para eso llevo un sombrero. Los árboles también dan buena sombra, -¿Y si te invitan a una fiesta? -Hay tanto que hacer, que no tengo tiempo para frivolidades. En fin, luego de muchas vueltas, la conclusión siempre era la premisa con la que empezaron:  el hombre más feliz no tenía camisa y, parecía que la enfermedad del gobernante, por tanto, no tenía cura...

Esta historia no tendría importancia si no  fuera porque hoy es el cumpleaños de ese hombre. Cumple 72 años y, cada vez que leía esa historia de ficción siempre me evocaba al complementado. Llegaba en su datsun destartalada, y para hacer saber su presencia, aceleraba los motores o -veces- silbaba una tonada ecuatoriana: "si las penas se borraran con el trago que me embriaga". Siempre había una sonrisa en su boca, vestía nada sobre el torso y su camisa iba acomodada en su hombro. Llegaba con una bolsa de pan y sin dejar de bromear y de hacer chanza, luego de lavarse la cara y acomodarse un rizado rulo como copete, de limpiar sus pesados lentes, se sentaba en la mesa con su papá para hacerle compañía a la hora del desayuno.

No hay forma de saber si es el hombre más feliz del mundo, pero su actitud frente a los problemas del diario quehacer, hacía que estos se desvanecieran prontamente. La alegría es parte primordial de su forma de vivir. Siempre me ha parecido así.

Que tengas un día simpático, Emilio.


viernes, 8 de mayo de 2020

Indicios

¿Cómo es que sabemos que algo es cierto en historia?  el único modo de tener por cierta una hipótesis es acreditándola. Sabemos que la independencia del Perú se realizó el 28 de julio de 1821, porque hay un acta que así lo señala, que identifica el lugar, fecha, nombres y firmas de los participantes, pero además porque hay otras fuentes que lo confirman, como por ejemplo, la carta de Tomás Guido, amigo de José de San Martín en la que le cuenta a su esposa los acontecimientos del mes de julio limeño de aquel año y, de seguro habrán informes de los funcionarios de la corona española que dan cuenta de la ocurrencia.

Desde esa perspectiva, la historia se parece a los procesos judiciales: Juan es culpable del delito tal, solo sí existen elementos de prueba que permitan asegurar la certeza de esa afirmación, pero de eso no pretendo decir más que, toda investigación histórica o procesal-penal siempre pasa por una hipótesis desde la que se empiezan hilvanarse el resto de lo que viene después. Regresemos a la historia: en lo vivido por el ser humano, desde que éste tiene la condición de tal, se tiene por hecho y valido experiencias que pueden repetirse en las distintas geografías y tiempos.

Desde la opción de la reiteración de las conductas humanas, la experiencia enseña que lo que ocurre en un determinado lugar y tiempo se repite en otro, con determinadas especificaciones que lo distinguen. Así, por ejemplo, el hombre suele ubicarse  en aquellos espacios que por su fertilidad aseguran el alimento para el grupo humano en que se desarrolla, que el acceso al agua dulce en más de una vez ha dado lugar a conflictos humanos de trascendencia,que el ser humano suele alimentarse con los alimentos que se producen en el espacio en el que viven. La quebrada Fernández, ubicada en el límite entre Piura y Tumbes y que, proporciona agua a los poblados de Máncora y  Los Órganos, es el más grande acuífero existente en este sector de la geografia piurano-tumbesina, después de los ríos Tumbes y Chira, ubicados en los dos departamentos citados. En tiempos de lluvia, dicha quebrada posibilita agua superficial hasta un año o año y medio después de terminado el periodo lluvioso; además de contar con explanadas y terreplenes naturales que facilitan el cultivo de hortalizas y arboles frutales. La cercanía costera posibilita acceso al mar pero también a un ecosistema especial dado el encuentro de aguas dulces y saladas que dan lugar a un estero, que es muy probable que el pasado fuera aún más extenso de lo que las proyecciones urbanas permiten en estos días.

En realidad, decir que en los tiempos de las culturas autóctonas el estero mancoreño era más extenso no es un asunto que me conste, tampoco es que se haya efectuado algún estudio sobre las capas formativas de la superficie de ese espacio, pero lo deduzco a partir del hecho de que en los últimos años la población ha crecido y bordea ese estero y, en algunos espacios, hasta le ha ganado terreno a lo que antes era un pantano. Esa misma deducción la extendemos al hecho de anunciar que desde muy antiguo el hombre ha habitado en las proximidades de dicho acuífero. Sin embargo, no se trata solo de un enunciado huero, pues desde los días de mi niñez, en el sector de La Huaquería, que es una pequeña vega que se ubica entre el puente que cruza la quebrada y la población Angolo B, se decía que se podía encontrar vasijas, huacos u objetos utilitarios de colectivos humanos que habitaron en ese sector. Sin embargo, esos hallazgos de gentes neófitas en asuntos de arqueología, solo dan cuenta de esos asentamientos sin permitirnos conocer la naturaleza de los mismos: agricultores, pescadores y, si pertenecía a tal o cual cultura o, simplemente identificar el periodo temporal en que se asentaron.

Aún en el terreno de las posibilidades, las terrazas naturales adyacentes a la quebrada hasta hace poco tiempo eran espacios en los frutales y legumbres daban frutos ricamente. Es posible, por tanto que los naturales de estas tierras en esos mismos terraplenes sembrarán maíz, calabazas, zapallos, frijoles, yucas... sin embargo, esta afirmación se logra desde la probabilidad que permiten conjugar los frutos oriundos de América y la fertilidad de las tierras de Máncora. Solo las excavaciones y estudios antropológicos en restos humanos nos permitirían reconocer la dieta de nuestros antiguos antepasados.

Hace algunos años -quizá 12, a lo mejor 15- con ocasión de una avenida pluvial, la quebrada Fernández erosionó parte del talud en el que se ubica el caserío Angolo B, exponiendo las bases de una construcción habitacional, además de uno o dos cráneos, que nos dan noticia de que en ese espacio es probable también se estableció algún asentamiento humano. Y no sabemos más. Nos enteramos -por las noticias- que también se encontraron vasijas de color rojizo, pero nada más. ¿se trata esa construcción una que corresponda a los tiempos prehispánicos o es posterior? ¿Esas vasijas o restos de vasijas correspondía a las utilitarias que se destinan a los quehaceres diarios o se trataba de un ornamento funebre? ¿Había algún vestido que cubriera esos restos? Y nuevamente las mismas preguntas: ¿De que tiempo datan esos hallazgos? ¿Son de la cultura Vicus, Tallán o quizá es un asentamiento incaico? Es más, en la medida en que no hay ningún estudio serio sobre esos hallazgos, la sospecha de su antiguedad puede traernos a tiempos más cercanos: ¿Podría tratarse de algún establecimiento posterior a los españoles?

Existen algunas prospecciones realizadas en áreas más extensa relacionadas con la búsqueda de hidrocarburos que reconocen esos vestigios; empero es insuficiente para poder anunciar si nos encontramos o no ante un "complejo arqueológico"; empero la sola omisión estatal nos da idea de la poca trascendencia de dichos asentamientos; pues si se tratara de un descubrimiento de importancia, hace buen tiempo que el Ministerio de Cultura ya hubiese intervenido el lugar para definir el área y declararla intangible.  Mientras tanto, solo podemos decir que, antes que nosotros, en áreas próximas al actual asentamiento del poblado de Máncora hubo otros que nos antecedieron en gozar de la serenidad de su clima, de la frescura de sus aguas, de la calidez de su sol.

Miedo

Su agenda no tenía espacios... Cada año compraba en el pasaje de la calle Lima, -que está cerca a la sede de justicia- una agenda portafolio...