Hace algunos días escribí acerca del maltrato que ofrecen las empresas de transporte interprovincial a los usuarios de la ruta Piura – Chulucanas. Las cosas no han cambiado salvo por el hecho de que en algunos buses han lavado las cabeceras de los asientos, en otros les han puesto fundas, pero en la mayoría aún se confunde la negrura de la suciedad con el marrón del tapiz que un día fue. Más de uno me comentó la gracia que les causó la crónica señalada… lamentablemente, para el pasajero no parece gracioso soportar treinta o cuarenta minutos dentro de un bus que oscila entre los 35 y 38 grados, en los que es imposible no sudar y donde los abanicos solo te ofrecen aire caliente. El problema se solucionaría, en parte, si los boletos se vendieran numerados para evitar que el pasajero suba para guardar su propio asiento.
La ley 29380, crea la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Cargas y Mercancías, y en ella se dispone que su función es supervisar, fiscalizar y sancionar las actividades del transporte de personas y, se le especifica como función “defender el derecho de los usuarios en el ejercicio de la prestación del servicio”. Ojala pudieran dar una vueltita por el terminal de Castilla para que puedan advertir que las administraciones de las empresas CIVA, Turismo 2000, Emaus y Turismo Express se han organizado de tal modo que turnan la venta de pasajes con la única intención de alterar las reglas del libre mercado y vender los pasajes en un precio concertado por ellos mismos y–por lo mismo- fuera del juego de la oferta y la demanda. En este caso no tienen que preguntar nada, sólo verificar que, mientras un bus se llena –cualquiera fuera la empresa- las otras administraciones dejan de vender. Esto de forma sucesiva durante todo el día. Estoy seguro que la Comisión de Fiscalización de la Competencia Desleal, INDECOPI Piura también podría actuar en mérito del art. 28.1 del D.Leg 1044.
Si los inspectores de transporte terrestre llegaran a eso de las 6.00 y 6.30 de la mañana podrán advertir que los conductores tiene su “negociado” aparte: apenas salen del terminal castellano, en la misma acera de éste recogen a una o dos personas que se instalan en la cabina del conductor o que se trasladan de pie entre los asientos de los pasajeros. En algunos casos mujeres embarazadas o personas de avanzada edad, que obligan a cederles el asiento con la incomodidad que supone para quien efectivamente ha pagado su pasaje. Evidentemente, si los inspectores llegan con sus chalequitos en los que en letras fosforescentes dice “Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Cargas y Mercancías, Dirección Regional de Piura”, definitivamente no encontrarán nada y, a lo mucho entre los asientos estarán los vendedores de periódicos o la vendedora de sanguches, la cieguita que pide limosnas o aquella que nos chantajea con el rollo de hacerse prostituta si no le compramos caramelos.
Si SUTRAN peticionara al conductor la lista de pasajeros podrá advertir que ésta no existe y si le pide al pasajero su “boleto de viaje” se dará cuenta que es un documento ciego, que solo indica el valor del servicio y la fecha de realización. Los casilleros de “pasajero” “razón social” “asiento”, “hora de salida” están vacíos y tienen valor como documento “al portador”, al punto que hasta un niño de ocho años podría aventurarse a viajar sin ningún obstáculo y, si quieren hacer el viaje no les vendría mal porque advertirán que algunos buses son algo añejos, no sólo por la apariencia sino porque sus motores nos hacen recordar las locomotoras de lejano oeste… por lo de ruidosos. Es el Código de los Niños y Adolescentes, art. 111 el que indica que el viaje de menores requiere de consentimiento de los padres, cuando menos de uno de ellos y, si viaja sólo o acompañado de persona distinta de aquellos, ha de presentar la correspondiente certificación notarial.
A estos días la alfombra verde que nos regaló la lluvia ha desaparecido. Los malestares que nos ofrecen las empresas de transporte, lamentablemente no. Quizá si los usuarios nos organizáramos, mejores posibilidades tendríamos. Las redes sociales podrían ayudarnos mucho.
Nota:
1.- El artìculo ha sido publicado en diario El Tiempo en 1 de mayo de 2013.
2.- Si quiere comentar o verificar fotograficamente parte de las denuncias, puede ver: http://www.facebook.com/home.php#!/notes/laurence-chunga/maltrato-al-pasajero/10201106788458031
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