¿Quién no se ha bañado en las aguas de las playas mancoreñas? ¿Quién no ha mojado su guargüero con una chevechita bien helada mientras el sol hacía la tarea de tostarle la piel sobre las arenas blancas que le acompañan?
A estos días, el covid ha golpeado al mundo, y en especial a aquellos que viven del día a día, por ejemplo, a los que viven de sus ofertas y servicio de turismo, los que se ven obligados a pleitearle a la vida en cada amanecer para tener algo con que llenar las tripas de los suyos. Sin perjuicio, en esa necesidad de seguir viviendo, el contacto con los visitantes se hace indispensable, por eso es que la enfermedad parece haberse asentando en las calles mancoreñas. Muchos de sus pobladores, en particular, gente de la tercera edad, necesitan oxigeno y con sus escasos recursos no es suficiente. Los vecinos se ayudan entre sí para comprarlo, pero es insuficiente. La diafanidad de la brisa marina es desatendida por los malogrados pulmones de sus pacientes y, como entenderán, se requiere de más.
Hace unas semanas, se ha formado –ante las limitaciones estatales- un colectivo ciudadano “Respira Máncora 2021” con el afán de comprar una planta de oxigeno para ese pueblito turístico. Ahora mismo se tiene en la alcancía más de cien mil soles de recaudación, y es mérito de sus mismos habitantes: campaña "oxigenatón Mancora", comisionados tocando puerta por puerta, exalumnos organizados por wasap, naturales desde otros lugares del mundo, tiendas y centros de comercio, etc. han ofrecido sus aportes, pero sigue siendo insuficiente. La recaudación no es poca y todavía se necesita más. Hay que reinventarse y, la solidaridad adquiere otras formas, y para ella todo esfuerzo suma.
Hace un rato, y a mi solicitud, me llegó un talonario de rifas, en las que se anuncia como premio mayor un automovil. Tengo un deber natural de contribuir con mis conterráneos; pero simultáneamente, convoco a quienes alguna vez han gozado del espectáculo de sus efímeros paisajes crepusculares para que en conjunto podamos contribuir a esta causa médico-social. Los mancoreños conseguirán su propósito con la ayuda de todos aquellos que en alguna oportunidad han sido su habitantes pasajeros, que descalzos gozaron de la humedad de sus playas y de la frescura de su brisa.
Convocados estamos, los que llevamos a Máncora en el pecho y, también los que guardan gratos recuerdos de sus ceviches, de sus aguas, de sus soles veraniegos. Hay rifas para todos y, por favor no se amontonen, que la distancia social y la mascarilla bien puesta también son necesarias para que la solidaridad sea efectiva.
Soy de Uds. Escríbanme. Hago delivery a todo el Perú.